Francisco evoluciona sin fiebre, pero seguirá internado: qué dice el parte médico

El papa Francisco, de 88 años, continúa internado en el hospital Gemelli de Roma tras ser diagnosticado con una bronquitis que lo afectaba desde hacía más de una semana. Los últimos informes médicos indican que ha pasado la noche sin fiebre y que su estado general muestra signos de mejoría. Sin embargo, los especialistas han decidido modificar su tratamiento y recomendarle reposo absoluto, lo que llevó a la cancelación de todas sus actividades hasta el lunes, incluyendo la tradicional oración del Ángelus dominical, que será publicada en su ausencia.

Desde el Vaticano confirmaron que Francisco ha recibido la eucaristía y que ha dedicado la jornada a la oración y la lectura. Aunque esta no es su primera internación en el policlínico Gemelli, sí se trata de una hospitalización prolongada que ha obligado a suspender compromisos importantes. Este domingo, el pontífice tenía previsto presidir una misa por el Jubileo de los Artistas, evento en el que será reemplazado por el cardenal José Tolentino de Mendonça. También quedó cancelada la visita a los estudios de cine Cinecittá, donde habría sido el primer papa en asistir.

Se trata de la cuarta vez que Francisco es ingresado en el hospital de los papas. En 2021, fue sometido a una cirugía abdominal que lo mantuvo internado diez días. En marzo de 2023, una bronquitis severa lo obligó a permanecer cuatro días bajo tratamiento, aunque logró recuperarse rápidamente y presidir las ceremonias de Semana Santa. En junio del mismo año, volvió a ser operado por problemas abdominales y pasó tres días en observación. A la luz de estos antecedentes, se espera que esta nueva internación se extienda por varios días.

A pesar de su estado de salud, Francisco había mantenido una intensa agenda en los últimos días. En las audiencias generales de los miércoles, admitió públicamente sus dificultades respiratorias y delegó la lectura de la catequesis a un asistente. El domingo pasado, durante la misa por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, se le vio visiblemente afectado, con el rostro hinchado por el tratamiento con corticoides. Aunque su equipo médico y colaboradores cercanos le habían recomendado reposo para evitar complicaciones, el Papa insistió en continuar con su rutina hasta que la bronquitis lo obligó a detenerse.

Antes de ser internado, Francisco había reducido sus traslados para evitar el desgaste físico, recibiendo a sus visitantes en la residencia de Santa Marta en lugar de la Biblioteca del Palacio Apostólico. Sin embargo, el deterioro de su salud hizo evidente la necesidad de una evaluación más exhaustiva, lo que lo llevó a aceptar la hospitalización. Según reportes de medios italianos, días atrás se había trasladado en secreto al hospital Gemelli de la Isola Tiberina para realizarse estudios preliminares, lo que indicaría que su estado ya era motivo de preocupación antes de la internación definitiva.