No solo guardaba las fotos de menores, también las enviaba: se complica el docente mendocino investigado

Las pericias realizadas sobre los dispositivos del docente de General Alvear investigado por tenencia de material de abuso sexual infantil revelaron que el acusado no solo almacenaba imágenes de niños desnudos en contextos sexuales, sino que también las recibía y las enviaba a otras personas. Ese hallazgo, confirmado en los informes técnicos entregados recientemente al fiscal Javier Giaroli, profundiza la investigación y abre la posibilidad de que existan más involucrados.

El docente está imputado por el artículo 128 del Código Penal y, según los especialistas, en su tarjeta de memoria y en su teléfono había material correspondiente al menos a dos menores distintos. Los análisis demostraron, además, que mantenía intercambio de ese contenido con una persona ya identificada y que utilizaba mecanismos para evitar que quedaran rastros de los envíos. Con estos elementos, la fiscalía evalúa ampliar la acusación y sumar nuevas imputaciones. El hombre continúa en libertad, aunque bajo medidas de control.

La causa comenzó en febrero, cuando dos adolescentes que caminaban por el centro de Alvear encontraron una tarjeta de memoria tirada en la vereda. Al revisarla antes de reutilizarla, descubrieron fotos de un niño retratado durante varios años —desde su etapa de bebé hasta los cuatro años— en distintas escenas de carácter sexual. La denuncia que realizaron permitió que el material llegara a Delitos Tecnológicos, donde los peritos determinaron que esas imágenes eran copia de archivos también almacenados en un celular.

Un allanamiento posterior en la vivienda del sospechoso permitió identificar el domicilio como el escenario donde se habrían tomado varias de las fotos y derivó en el secuestro de teléfonos y computadoras. Los informes de la Unidad de Apoyo Fiscal revelaron que esos dispositivos habían sido usados por distintas personas y que varias cuentas de correo asociadas se empleaban para recuperar información, un patrón que complica la reconstrucción del recorrido digital del material y que refuerza la hipótesis de más participantes.

Los peritos también detectaron en los dispositivos fotos tomadas sin consentimiento a una mujer adulta del entorno familiar del acusado y una serie de imágenes de distintas mujeres en ámbitos laborales. Varias estaban captadas a distancia, dirigidas a partes íntimas del cuerpo, y algunas parecen haber sido tomadas dentro de una escuela, lo que lleva a sospechar que las protagonistas serían docentes y personal administrativo. En la tarjeta había además una carpeta protegida con contraseña, llamada “Ultrasecreto”, a la que aún no pudieron acceder.

Aunque parte del material habría sido generado entre 2013 y 2017, lo que podría dejar prescripta la producción o distribución, la tenencia sigue vigente porque las imágenes permanecían almacenadas en la tarjeta al momento del hallazgo. El artículo 128 prevé penas de seis meses a cuatro años, pero la condena puede trepar hasta 20 cuando se suman delitos en concurso. En este expediente, la calificación podría agravarse si se comprueba la existencia de episodios de abuso o si la Justicia confirma la participación de más personas, un escenario que las pericias ya consideran probable.